En los últimos meses, me abstuve de escribir religiosamente los artículos acerca del crecimiento de mi cabello, tal como me lo tenía proyectado al inicio.
En parte porque no quería aburrir a mis pobres lector@s. En parte porque no necesito añadir más ansiedad a este, que ha sido un proceso ya de por sí largo y lleno de tedio. Finalmente, porque entre el término de año anterior e inicio del corriente, estuve demasiado ocupada con cuestiones domésticas, por lo que se me hizo imposible sacar el tiempo para escribir acerca de este tema o cualquier otro.
Quizá resulte justo decir que, en siete meses, la mayoría de las cosas han sido positivas. Mi cabello crece. No a la velocidad que yo quisiera, pero crece. Sin caerse en exceso, sin caspa, sin picores en el cuero cabelludo, y brillante. Supongo que no puedo pedir más, aunque la ansiedad me aborde por momentos.
Contrario a lo que se pudiera esperar, ¡¡¡¡tengo un fuerte y marcado deseo de cortarlo de nuevo!!!
No porque me disguste. Sino justamente porque el cabello nuevo, el que ha crecido desde mi último tinte, me parece tan excepcionalmente bello, comparado con esas feas puntas oxidadas, que quisiera dejarlo «limpio de fealdad» de una vez por todas.
A pesar de este fuerte deseo, tengo pensado esperar todavía unos meses más antes de dar el salto final hacia el disfrute de mi «nuevo cabello». Si lo voy a cortar, necesito que el corte represente el 50% o menos del total del largo de mi cabello.
En los últimos días, he hecho algunos experimentos con productos que tengo a mano. En especial, buscando opciones para mejorar las puntas del cabello, que tienden a secarse, debido al tiempo que llevo sin cortarlas.
Uno de mis experimentos favoritos, fue el que hice con el tratamiento de sábila de Bioland, y del que prometo hablar en un artículo más adelante.
Les dejo unas fotografías al final del artículo.
La primera la tomé hace un par de días, para que se vea el avance del crecimiento (la línea roja representa el largo al que estoy intentado llegar en esta etapa).
Y la última, muestra en la parte superior el cabello nuevo, y en la parte inferior, lo que aún me queda teñido y de lo que debo deshacerme en el futuro. Para que pudiera apreciarse mejor, la tomé de cabeza, por eso se ve como una extraña y larga barba. 😉
Prometo hablar acerca de los avances de mi cabello, en cinco meses más, cuando llegue mi «aniversario capilar». O antes, si es que se cumple mi meta de la etapa 3.
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